EL COSTO DE LA VIDA





Esta propuesta plástica surgió como una ventana de escape a temáticas aburridas, desde el sentido de que en la realidad los discursos que se predican y enseñan no se aplican.
Así que la grafía se convirtió en rutina, para desencadenar en una sistematización bidimensional de lo que somos como seres, de nuestras luchas y de todo lo que nos deben cuando presumimos lo democrático como un nosotros. No hay mucho que decir, solo con mirar.... al sentir que algo te detiene, observar, y de ahí para allá, solo es navegar hacía un reflejo. Enmarcada dentro de una reflexión por los servicios públicos, el papel del estado y nuestros recursos.



La intención de las formas, seres y demás objetos que se mezclan en los trazos, es poder con lo visual -la grafía como imagen- dejar ver las estéticas, la forma en que lo materializamos y exteriorizamos, debido a un mundo donde los gustos son efímeros y los juicios aleatorios.
La disertación gráfica por los objetos, los rostros y las exigencias que a diario componemos, es la búsqueda por crear otros sistemas para comunicarnos, mucho más éticos y humanos, que intencionen a un todos, desde la imagen, las ausencias (robos, desaires y engaños), mientras un nosotros seguimos dando la cara.